¡Ya estoy por aquí de nuevo!
Siento el retraso, pero es que el primer DIY de este año tenía que ser un súper-súper DIY ¡No podía defraudar! Como ya os adelanté, iba a ser un
cabecero. ¿Se os ocurre una mejor manera de empezar un nuevo año que "redecorando nuestra vida"?
Después de valorar varias ideas y de meses dándole vueltas, me he decidido a probar la
técnica del dorado. Es algo que seguro recordáis de Historia del Arte: desde la opulencia de los
retablos barrocos hasta la sensibilidad de la obra de
Klimt... Sin olvidarnos de
Yves Klein, quién además de darle nombre a un famoso tono de azul, fue un gran exponente de esta técnica. Quizás la idea de hacer un DIY con láminas de pan de plata/oro os suena complicada, pero
en el vídeo os explico todos los detalles para que lo podáis hacer en casa de forma fácil.
Además, este proyecto también es especial porque es el primero que hago con la ayuda "VIP" de
mi mamy, que es una auténtica experta en temas de dorado y policromía. No sé qué os parecerá a vosotras, pero
yo estoy enamorada del resultado. Me encanta ese aire vintage, el contraste con la tipografía, el efecto del plateado y, sobre todo, la manera en que ha cambiado mi habitación por completo. ¿Quieres saber cómo se hace?
Las láminas de aluminio vienen en formato de libro y cuestan alrededor de 1,70 € la unidad. Para la superfície de mi cabecero (poco más de un metro cuadrado) he necesitado 3 libros. El coste del resto de materiales dependerá mucho del tipo de madera que escojáis para la base, de la pintura, el barniz etc. Pero sin duda es un proyecto low cost en proporción a los buenos resultados que nos puede dar.
El toque final ha sido añadir un mensaje lleno de buenas energías y que, como sabéis, para mi tiene un doble significado. Imprimí la tipografía en el tamaño real y recorté todas las formas. A continuación las pegué a la tabla con un poco de
washi tape (que previamente pegué sobre mis dedos para hacerlo más suave) y calqué todas las letras con lápiz.
Si os gusta la tipografía, la podéis descargar gratuitamente, para uso personal, aquí.
La separación entre las láminas metálicas está hecha de manera intencionada, creo que el efecto final es mucho más interesante. Como veis también hay zonas un poco arañadas en las que se ve el color de la base.
Si buscáis un efecto más envejecido podéis raspar ligeramente la superfície con un estropajo de metal.
*IMPORTANTE* Un cabecero debe aguantar bastante roce, por eso es imprescindible aplicar al final una o varias capas de barniz transparente. Esto hará que el plateado quede bien sellado y no se ralle.
Esta es solo una idea, pero se puede dorar cualquier objeto, del material que sea. Si os gusta esta técnica y os interesa profundizar un poco más, os recomiendo un libro llamado El arte de dorar , de Eugenio Herranz.
¡Espero que os haya gustado! ¿Os animáis a redecorar vuestras habitaciones? ¿Qué mensaje escribiríais vosotr@s en un cabecero?
Un beso enorme!!
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